viernes, 29 de agosto de 2008

Viaje a Islandia (Parte X) - Día 10


Día 10 (06/08/08) - Viaje al centro de la tierra. Blonduos - Olafsvik

Como siempre tempranito cogemos la carretera rumbo a nuevos destinos, esta vez nos dirigimos a la península de Snaefells. La parte más famosa de esta zona es el volcán Snaefellsjokull (no confundir con el Snaefells, en el otro extremo de la isla), pues es el punto de entrada hacia el centro de la tierra según Julio Verne en su novela "Viaje al centro de la tierra2, valga la redundancia.

Antes tenemos una parada en la granja de Eiriksstadir. Para llegar a ella, desde Blonduos tomamos la carretera 1 hasta llegar a Bru. Aquí seguiremos la carretera 61 durante varios kilómetros hasta encontrar a mano izquierda el desvío de la carretera 59, la cual tomamos, la seguimos durante 37 km que acaban desembocando en la número 60 giramos a la izquierda dirección Stykkisholmur / Olafsvik / Snaefells (no se que indicación ponía) y a los 6 o 7 km torcemos a la izquierda por la pista 586 y a los pocos kilómetros encontramos la granja.

La granja es una reconstrucción de la de Erik el Rojo (descubridor de Groenlandia y padre de Leifur Eriksson, descubridor de América). A escasos metros de ésta encontramos los restos de la construcción original. En esta granja nos recibió una chica vestida como los antiguos vikingos (Hello Marta !!), y dentro la granja estaba totalmente ambientada, con sus camas, armas, telares, utensilios, etc.. junto a un pequeño fuego que iluminaba tenuemente la escena, nos contó la historia de la familia Erik, y la forma en que vivían en aquel lugar y tiempo. Fue muy interesante por el ambiente que había allí dentro, parecía una acampada junto al fuego en medio de un bosque solitario.

Pudimos vestirnos de vikingos (no voy a poner la foto, no), casco (sin cuernos, eso es invento de las películas de Hollywood), abrigo, espada y escudo. El casco pesaba un quintal, de hierro y con el frío que debería hacer allí, no se yo como tenían ganas de peleas. También soplamos, a modo de llamada a comer o a guerrear, un cuerno de cabra (supongo).
Según la época y el día hacen representaciones de la vida vikinga, comidas, manejo de armas, etc...

Una visita muy recomendable.

Volvimos hacia atrás hasta la carretera 60 para rápidamente empalmar con la 57 que nos llevaría de cabeza hasta nuestro destino de hoy, Olafsvik.

Siguiendo la costa nos encontramos con paisajes marinos preciosos, con la entrada del fiordo Hvammsfjordur salpicada de islas.
En Grundarfjordur nos encontramos con una formación montañosa creada por las lenguas glaciares realmente impresionante.

Llegamos a Olafsvik, y como siempre dejamos rápidamente las maletas y nos fuimos a patear por ahí. Lo primero fue subir hasta donde pudimos del volcán Snaefellsjokull (que como habréis adivinado por la terminación también es un glaciar, aunque muy pequeñito comparado con todo lo visto hasta ahora)
Para los islandeses Snaefellsjokull tiene un significado especial, porque creen que es una montaña mágica, con poderes y seres ocultos que la guardan. Aunque creen en elfos, trolls y resto de personajes mitológicos en general, esta montaña parece que les atrae especialmente. Tiene la perfecta forma de volcán y unas nieves perpetuas que realmente la hacen atractiva.
Hay un plano detallado de las rutas del volcán, que está incluido en el parque nacional de su mismo nombre. Para subir el camino está justo antes de entrar al pueblo (está señalizado). Existe una ruta de varias horas, no demasiado complicada (nosotros no la hicimos) que lleva hasta la cumbre, pero también están las alternativas, para viajes express, para ir en coche por diversos lugares (aunque nunca hasta arriba del todo)
Después de patear (porque si se va en coche, también hay que caminar a pie para ver cosas, si, si, hay que caminar :-) ), nos dirigimos al pueblo para tomar algo (un café con leche calentito (el café suele ser bastante aguado) con unas pastas excelentes, parece que la repostería no se les da nada mal a los islandeses) y decidimos lavar el coche, pues tenía polvo como para poder plantar un roble. Las mangueras de agua eran gratuitas, simplemente te recordaban que no malgastaras el agua. (con toda el agua que tienen y lo concienciados que están...¿o el aviso será para los extranjeros?) Una vez listo nos fuimos muy pronto a dormir, pues el día siguiente no queríamos llegar muy tarde a Reykjavik (todavía nos quedaban hacer algunas compras, pegar un vistazo más a fondo a la ciudad y cenar pescadito en algún sitio baratito).
La previsión era estar en marcha a las 6 de la mañana, una hora perfecta, con el sol en todo su esplendor y con menos que nadie alrededor.
Tiempos de visita: granja Eiriksstadir 1 - 1'5 horas (depende de las actividades del día) / Parque de Snaefellsjokull (3-4 horas) dependiendo de las rutas a recorrer.
Distancias: Blonduos - Bru 85 Km / Bru - Eiriksstadir 60 km / Eiriksstadir - Olafsvik 140 Km

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