sábado, 24 de enero de 2009

Criptografía (X)

Nos dejamos a los Polacos catalogando todas las posibles posiciones de los modificadores (105.456). Cuando terminaron esta tarea Rejewski se dedicaba a trazar las cadenas que obtenía de las 6 primeras letras duplicadas de los mensajes. Una vez tenía el número de conexiones de cada par de letras sólo tenía que ir al catálogo y buscar las posiciones de los modificadores utilizados en ese mensaje. Pero todavía tenía que encontrar las posiciones del clavijero para obtener la clave, aunque esto le resultó bastante fácil.
Tecleaba el mensaje cifrado en la máquina sin conectar ningún clavijero, obteniendo con esto un montón de letras aparentemente al azar, pero en el cual se podía reconocer algunas palabras. Por ejemplo enmedio de todo aquello podía aparecer la siguiente cadena: rregalemosabelrin, que podría ser llegaremosaberlin pero con las letras R y L intercambiadas. Mediante otros grupos de letras identificaba los otros 5 pares de letras intercambiados.
Ahora ya disponía de la clave del día y podía descifrar el mensaje. Mediante el método de Rejewski la imposibilidad de descifrar la enigma dedicando más tiempo que la edad del universo quedaba reducida a pocas horas.
Las comunicaciones secretas alemanas quedaban al descubierto y aunque no estaban en guerra, los polacos pudieron respirar más tranquilos sabiendo que podían conocer los planes de invasión con anterioridad y estar preparados.
Aunque así leído parace obvio y un trabajo sencillo, el logro de Rejewski es uno de los grandes logros del criptoanálisis, que requirió de un inmenso esfuerzo intelectual al alcance de muy pocos.
Mas adelante los alemanes modificaron ligeramente el sistema de transmisión de mensajes, con lo que el libro de cadenas de Rejewski dejó de ser válido, pero se las apañó para crear una versión mecanizada del mismo, con la cual era capaz de probar todas las posiciones rápidamente hasta descubrir la correcta.
Las bombas (llamadas así posiblemente por el sonido que hacían probando las combinaciones) eran 6 máquinas enigma modificadas trabajando en paralelo, cada una con una disposición de modificadores, que podían encontrar la clave del día en un par de horas.
Durante la mayor parte de la década de los 30 los polacos se dedicaron incansablemente a descifrar los mensajes alemanes, hasta que a finales de 1938 se aumentó la seguridad de la Enigma aportando dos modificadores más a la máquina, con lo cual en lugar de tener 3 modificadores que se podían colocar de 6 maneras diferentes, ahora había 5 modificadores que subían la cifra a 60 disposiciones.
Rejewski debía ahora calcular los cableados internos de estos 2 nuevos modificadores, y tenía que construir 10 veces más bombas para que cada una representara una disposición. El coste para su construcción era más de 10 veces el presupuesto del Buiro. La cosa fue a peor pues al mes siguiente el número de clavijeros pasó de 6 a 10, eran 20 las letras intercambiadas y la busqueda de secuencias con cierto sentido ya no era posible. Con estas modificaciones el número de claves ascendió a 159.000.000.000.000.000.000 (159 trillones). Antes de las modificaciones era de 10.000 billones.
La estrategía alemana se basaba en el Blitzkrieg de Hitler, lo que resumiendo es un ataque relámpago, gracias a las comunicaciones inmediatas a través de la Enigma, con tanques, aviones y tropas todas funcionando al unísono.
Ahora los polacos no podían descifrar la enigma...y el atque alemán parecía inminente.
El jefe de la inteligencia polaco Langer decidió compartir con los aliados lo que sabían de la enigma, confiando que Inglaterra y Francia podrían continuar el avance de la desencriptación de Enigma. Los expertos ingleses y franceses quedaron asombrados de la historia de Rejewsky y su trabajo. Langer les ofreció toda la información y junto con ella dos réplicas de la enigma y planos para la construcción de las bombas.
Dos semanas después Hitler invadió Polonia.

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